Los ecosistemas promueven el bienestar humano a través de los diferentes servicios que prestan, tales como servicios de provisión (los alimentos, el agua, etc.), de regulación (el clima, la calidad del agua, el control de la erosión), de apoyo (los suelos y su producción primaria) y hasta los culturales (el turismo y la recreación).
El manejo de los ecosistemas que plantea el Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA) tiene un enfoque de gestión de recursos naturales que busca resaltar el valor de la diversidad biológica y los ecosistemas para la economía y las sociedades, así como el coste de su degradación y pérdida. Ese manejo se enfoca en el cuidado y mantenimiento de los ecosistemas y la biodiversidad para satisfacer las necesidades futuras, tanto ecológicas como humanas.
América Latina y el Caribe es la región con la mayor diversidad biológica en el planeta y alberga a varios de los países considerados megadiversos en el mundo. Su economía depende en gran medida de esta rica diversidad biológica que, sin embargo, está cada vez más amenazada por la actividad humana y por una serie de factores que se relacionan entre sí, como la transformación y la alteración del hábitat, la sobreexplotación o el uso insostenible de los recursos terrestres e hídricos, las prácticas insostenibles de gestión del suelo, la presión demográfica y la globalización.
Una de las prioridades del PNUMA, a través de la Estrategia de mediano plazo (2018-2021), es salvaguardar la dimensión ambiental de la agenda de desarrollo sostenible y alinear la creciente necesidad de bienes y servicios de los ecosistemas con la conservación de su biodiversidad y su funcionamiento a largo plazo. El PNUMA y sus asociados impulsarán el cambio tanto a corto como a largo plazo con 8 proyectos básicos, que contarán con el apoyo de una cartera actual (+100 proyectos) y futura de proyectos extrapresupuestarios (por ejemplo, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial y el Fondo Verde para el Clima).